Hace menos de una semana, una amiga decidió ser original con el regalo para mi cumpleaños, dejó de lado las prendas, los aritos, las tarjetas, y compró entradas para ir a ver y escuchar a The beats.
Para un día que no hay mucho que hacer (un viernes), y como regalo, la idea me pareció excelente y fui contenta al teatro.
Cuando llegué, vi que había gente grande. Y pensé: si estos son como la media de la población de esa edad en esta ciudad, esto va a ser un bajón.
Después noté, una gran cantidad de gente joven, pseudo rockera, o al menos "disfrazada" de tal. Me dije, puede haber una posibilidad.
El show empieza con un documental sobre la banda de liverpool. Cuando empieza a tocar la versión criolla, puedo notar que nadie canta, nadie mueve siquiera la cabeza. Me preocupo.
Atosigando a mi vecina de butaca (la otra era mi amiga), canto bastante fuerte todas las canciones. Es inevitable, aunque la banda no era la original y no sonaba igual que la original, eran sus canciones.
Me llamó la atención que no tocaran las canciones más clásicas. Tuve suerte de que no me atormentaran con o bla di o bla da.
De la nada, totalmente de improviso - para mí - comienza a sonar I am the Walrus.
La cosa es más fuerte que yo, y me paro a cantar a viva voz.
Los que estaban atrás mío, no estaban tan entusiasmados .
Termina la canción. Me siento. Y me paso el resto del show, cantando, ahora acompañada de mi amiga que decidió sacarse un poquito y acompañarme en el sentimiento.
Miro un par de veces para ver si alguien reacciona, sin discriminar la edad. Pero nada, nadie sacude ni un poquito la cabeza.
Después de hacer malabarismos en mi asiento...pararme un poquito (más para molestar que por necesidad), el espectáculo termina, y yo me quedé sin ver a alguien del público cantando sin necesidad de motivación desde el escenario (lo de Hey Jude, fue inevitable).
A la salida, escucho grandes comentarios de aprobación (?) y gente comprando el cd (?).
Esta ciudad, y su gente, realmente me desconcierta.
miércoles, noviembre 24, 2004
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