martes, abril 28, 2009

Lalala (más que nunca)

A partir del día de mañana, no estaré por estos pagos (entiéndase Buenos Aires) y espero tener un acercamiento mínimo a la pc, por lo que, si ya venía posteando poco, mi presencia por acá, se resumirá a algo fantástico que valga la pena ser dicho (bah, al final, será como siempre ¿no?), y bueno, eso es todo amigos, nos leeremos en unas semanas, portensé bien y no hagan renegar a su padre/madre/tutor.

jueves, abril 16, 2009

La inseguridad, el fútbol y todas esas cosas.

Cuando la queja por la inseguridad se hace cada vez más generalizada, cuando casi linchan a un fiscal por cumplir su trabajo e ir hasta el lugar donde se cometió un delito, cuando se organizan ya casi diariamente movilizaciones para reclamar por "más justicia", cuando escuchamos a hijos, sobrinos, padres, cónyuges y toda clase de familiares de personas que han sido asesinadas, que salen a dar reportajes de una hora cuando pasó menos de un día del terrible hecho, reclamando por más seguridad, justicia para su caso (nunca me entrará en la cabeza, como alguien tiene ganas de dar una conferencia de prensa bajo esas circunstancias)...
Mientras pasa todo esto ¿a nadie se le ocurre que es un poco irracional destinar 1100 efectivos policiales para trabajar en el perímetro del super clásico del domingo?
¿No sería un buen momento para suspender el fútbol o aunque sea hacer que se jueguen los partidos sin público hasta que todos los seguidores aprendan a comportarse y dejen de actuar como salvajes psicópatas por un equipo?
EN SERIO, más de mil policías para un partido de fútbol, en la presente situación, es una más de las irracionalidades a la que me tiene acostumbrada este país.

martes, abril 14, 2009

The world is a handkerchief. Parte II.

Más pruebas contundentes de que el mundo es un pañuelo (y de los chicos):

- Salir del dentista, muy lejos de tu casa, y encontrarte con tu hermana, que vuelve de dar un paseo.
- Estar en Retiro, el miércoles víspera de semana santa y decir (un poco angustiada por la cantidad de gente que hay): “Difícil encontrar a alguien acá adentro”, y darse vuelta y encontrarse con un ex compañero de laburo.
- Estar en Mar del Plata, el jueves de semana santa, subir a un bondi para ir a Av. Alem y encontrarse ahí con el mismo ex compañero de trabajo!
- Comprobar la aplicación de la teoría de los seis grados de separación en la mesa de solteros de un casamiento donde sólo se conoce a la novia.

lunes, abril 13, 2009

Injusticia (sólo para entendidos)

Es injusto tener a Figueroa, Oyola, Otamendi y a Formica y a su vez tener a Ibañez, a Bianchi Arce y a Ríos.

miércoles, abril 01, 2009

Mi vida en los 80s

Hace casi más de dos décadas, yo ahorraba monedas de austral en una alcancía que en realidad era una lata de UFO con una abertura hecha en la parte superior. Mis viejos ponían las monedas que tenían cuando volvían del laburo. Yo les acercaba la alcancía esperando el depósito. De vez en cuando sacaba un montón e iba hasta el kiosko que estaba a mitad de cuadra y le decía al señor o la señora que atendían "todo esto de sugus" o "todo esto de palitos de la selva" abriendo los puños sobre el mostrador y dejando caer las monedas.
Hace más de dos décadas, tenía mi primer día de clases en abril, porque durante marzo los docentes de CTERA hicieron paro durante todo el mes. El primer día de clases, mi mamá, por equivocación, me ubicó en la fila de los chicos de cuarto grado (yo era muy alta) y no supe que estaba con el grupo errado hasta que estuvimos en el aula y pasaron lista.
Hace dos décadas yo le pedía a Don Fermín, el dueño del almacén que estaba en la vereda frente a la casa de mis abuelas, que me dejara trabajar con él. Me encargaba separar los cospeles de corta y larga distancia del teléfono naranja que estaba ahí mismo, o me dejaba ayudarlo atrás del mostrador alcanzándole las cosas. Como pago, él armaba un cono de papel y lo llenaba de galletitas dulces a elección. Como eran galletitas sueltas, podía elegir de diferentes marcas.
Hace dos décadas, aprendí a andar en bicicleta, después de largas penurias, ya que me aterrorizaba la idea de caerme, de perder el equilibrio. Varias de las chicas del barrio estuvieron encargadas de intentar hacerme separar de la pared y arrancar de una buena vez. Cuando lo logré, mis trayectos fueron limitado de esquina a esquina, sin bajar de la vereda. Los mismos límites que tenía para jugar a la escondida a la noche, después de cenar.
Hace más de dos décadas cuando nos íbamos de viaje en auto, escuchábamos Imagine y Mind Games de John Lennon, Dark Side of the Moon y The Wall de Pink FLoyd, Big Generator de Yes, un compilado de The Beatles, y eso era más o menos todo. Mi mamá a veces llevaba un termo con café con leche, y le servía a mi papá mientras manejaba y mientras nosotros atrás librábamos una batalla campal aún bajo todo tipo de amenazas sin ningún tipo de efecto intimidatorio.
Hace dos décadas, mi abuela y mi bisabuela - madre e hija - estaban vivan y vivían juntas. Agobiada por hermanos y padres y la vida de departamento, me refugiaba muy seguido en su casa. En el verano, llegaba a "irme de vacaciones" unos diez, quince días. A mi familia la veía los domingos en el almuerzo o cuando iban de visita algún día en la semana. Esa casa significaba barrio, significaba Don Fermín, vereda, bicicleta, barra de amigos, patio para jugar a la maestra con un pequeño mástil improvisado para izar la bandera, titas con el té mientras miraba los dibujitos de la 5, escondida nocturna, la bruja de los colores, diez mil tipos de mancha, elástico, soga, y de vuelta todo de nuevo.
Hace más de dos décadas, me enteraba que el "RA" de las calcomanías que estaban pegadas en algunas de las puertas era sí "República Argentina" pero también "Raúl Alfonsín", y habían quedado desde la época en que mi mamá había militado para la campaña del '83.