viernes, febrero 25, 2005

Sunday, bloody sunday

El guardia de la municipalidad vió a Pedro acercarse y le avisó de su llegada a un guardia amigo, por handy.
Las "visitas" de Pedro eran esperadas. Habían dejado de generar preocupación hacía más de cinco años...
Por lo que cada vez que aparecía se generaba un ambiente de jocosidad... Los reclamos de Pedro cada vez les resultaban más delirantes...
Como es domingo, en la municipalidad no hay nadie. Sólo los agentes de seguridad (privada).
El otro guardia, vino rapidísimo, había estado oyendo por radio como Boca perdía estrepitosamente...
Llegó a la puerta de entrada principal tarde. La protesta ya había comenzado.
Pedro levanta las pancartas y, como la manifestación la armó sobre la marcha, no tiene cantitos alegóricos preparados, por lo que se limita a repetir: -Areneros libres de piojos!.
El primer guardia, después de entretenerse un rato con lo que él considera una bizarra queja, se acerca a Pedro y le dice que no hay nadie adentro de la Municipalidad, que está desgastando su garganta sin razón.
Pedro lo mira sin entender... Acaso es feriado? Hay paro de los trabajadores municipales?
El primer guardia se da cuenta que el hombre está desorientadísimo...
- Es domingo - le dice. El guardia siente simpatía por Pedro.
Éste, tarda en reaccionar, pero se da cuenta que le dice la verdad.
Saluda a los dos guardias, sube a la vereda y se va caminando, de extremo mal humor, hacia el bar que hay a la vuelta...
La situación amerita un café con leche...Necesita ahogar su amargura, y un par de mediaslunas.


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miércoles, febrero 23, 2005

tres coma catorce

Los servicios de la AIC habían sido contratados por una gran multinacional, que quería evitar que este tipo de manifestaciones (como la de Pedro) interfirieran en sus negocios.
Creían en la frase "Más vale prevenir que curar" de tal manera, que podrían haberse dedicado tranquilamente al área de la salud.
Pero no, nada más alejado de la realidad de su giro comercial.
El Directorio de la sociedad, acaba de recibir un informe de la AIC adjuntado al acta del plenario.
Hay caras de preocupación y se siente en el aire la tensión por la necesidad de tomar decisiones...
Mientras los miembros del directorio debaten posibles soluciones a lo que ellos llaman "El problema PI", Pedro se dirige a la Municipalidad con las pancartas en mano...


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viernes, febrero 11, 2005

Estado Ideal *

A cloud of eiderdown
Draws around me
Softening a sound.
Sleepy time, and I lie,
With my love by my side,
And she's breathing low.

And the candle dies.

When night comes down
You lock the door.
The book falls to the floor.
As darkness falls
The waves roll by,
The seasons change
The wind is wry.

Now wakes the hour
Now sleeps the swan
Behold the dream
The dream is gone.
Green fields are calling
It's falling, in a golden door.

And deep beneath the ground,
The early morning sounds
And I go down.
Sleepy time, and I lie,
With my love by my side,
And she's breathing low.

And I rise, like a bird,
In the haze, when the first rays
Touch the sky.

And the night wings die.


* Descripto por Roger Waters y David Gilomur - Pillow of Winds

miércoles, febrero 09, 2005

Momento de Decisión

Usted se despierta a las 6.45 de la mañana, se incorpora sobre el lado izquierdo de la cama (no cree que eso esté relacionado con el humor), y a tientas busca las pantuflas... Mientras hace esto se dice que tiene que romper con la rutina y que si mañana sigue en lo mismo, se mata.
Se levanta, va hacia la cocina, 6.48, pone la pava sobre el fuego y saca una taza de la alacena. Y se dice que si no rompe con la rutina se mata.
Habiéndose dicho esto va hacia al baño, mientras deja que el agua hierva para prepararse el té con leche diario.
Se cambia y se pone su atuendo de viernes.
A las 7.12, usted está saliendo de su casa, hacia el trabajo, y toma el mismo camino de siempre. Mientras camina a paso constante se repite que esta rutina tiene que terminar, aunque pierda la vida en el intento.
Llega usted a su trabajo. Marca la tarjeta, son 7.29, ha llegado a horario. Como siempre. Va hacia su escritorio, saludando en el camino a sus compañeros de trabajo, que cumplen una rutina también. Una rutina diaria.
Se pregunta si se sentirán tan cansados como se siente usted... Si acaso pensarán en terminar con esa vida llena de hábitos y costumbres tan molestas...
Pero usted ya ha tomado la decisión. Si mañana las cosas no cambian, se suicida.
Su mañana transcurre... Bueno, como siempre. Su jefa ha solicitado su presencia para remarcarle algunos puntos del último informe presentado. De regreso a su escritorio ha coqueteado en el ascensor (usted suele hacerlo).
Cuando el reloj marca las diez y treinta, usted se encuentra tomando su café cortado con una medialuna, que diariamente la chica de la cafetería le trae... Mientras disfruta de la infusión, se recuerda que mañana las cosas tienen que cambiar o de lo contrario se va a suicidar.
Usted almuerza en el bar de la esquina. Donde el mozo ya sabe cuál va a ser su pedido. Mientras espera su orden mirando por la ventana, se dice que mañana todo será distinto, porque ahora su vida está en juego.
Así transcurre todo su día. Con pensamientos suicidas constantes. Pero usted lo ve como ánimo de cambio. Como una resolución de Año Nuevo.
Son las 11.30, ya se encuentra usted en la cama. De la mesa de luz toma el libro que ha estado leyendo. Lee un capítulo. Usted solía disfrutar de un capítulo diario. Ahora no se puede concentrar en la lectura porque está pensando que ésta va a ser la última vez que cumpla con este hábito.
Quizás mañana lea dos capítulos, o cambie de libro, decida no leer o simplemente no pueda hacerlo...
Se duerme pensando que este fue su último día rutinario. Mañana, si no rompe con la rutina, se mata.
Ahora, son las 6.45 de la mañana y usted se despierta. Se incorpora sobre el lado izquierdo de la cama y a tientas busca sus pantuflas...

lunes, febrero 07, 2005

Suchard

Pedro está feliz. Acaba de terminar las pancartas y le quedaron muy lindas (según su opinión, claro).
Las tiene apoyadas contra la pared color celeste bebé de su departamento.
Se da cuenta que hizo seis pancartas y que él sólo puede llevar dos. Un desperdicio de materiales. (Conseguir a alguien que lo acompañe no se le cruza por la cabeza).
Elige dos, las que él considera más logradas.
Una dice "¡Areneros libres de piojos!"; la otra "Justicia a las cabezas de nuestros hijos".
Pedro no tiene hijos.
Ni sobrinos.
Ni ahijados.
Ni nietos (¡si no tiene hijos!).
Ni siquiera tolera a los hijos de sus amigos... Pero este no es momento para flaquear y dar marcha atrás. Sabe que es una buena causa y está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias...
Como lo hizo contra la invasión a Irak, contra el retiro del mercado del alfajor Suchard, contra el hambre en Catamarca, contra los pullóveres para perros... Y contra toda una lista kilométrica de cosas por las cuales se había manifestado a lo largo de su existencia...

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domingo, febrero 06, 2005

Naranja Mecánica

En la AIC (Asociación Iberoamericana de Clarividentes) estaban todos reunidos en asamblea extraordinaria.
Los últimos sucesos habían alertado a todos y había reproches mutuos sobre cómo no habían previsto lo que había pasado.
El hombre de traje de La Grulla estaba sentado en un rincón, moqueando. Había sido interrogado por distintas personas a lo largo del plenario.
Un hombre, al que se dirigían como "Gran Vidente", llamó al orden en la sala y dio un discurso enardecido sobre cómo todas las mentes asociadas al AIC tenían que concentrarse en Pedro Iturralde, ya que el futuro de la misma dependía de cumplir con este trabajo de manera más que satisfactoria (la AIC estaba en concurso preventivo de acreedores hacía más de seis meses).
Mientras esto sucedía en la sede de la AIC (que se encontraba en la parte trasera de un taller mecánico), Pedro dibujaba areneros en sus pancartas con los marcadores que había comprado antes.

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viernes, febrero 04, 2005

CIA/AIC

Con los labios resecos de silbar (lo había hecho desde la plaza hasta la librería, unas quince cuadras, y no había silbado cualquier cosa: "La cabalgata de las Walkirias" de Wagner), entró a "La grulla", el lugar donde solía comprar todos los elementos necesarios para sus pancartas.
Entre la góndola de papel crepe y los marcadores indelebles sintió algo en su nuca.
Era una mirada.
Un hombre lo estaba observando entre los estantes de papel araña de diversos colores, al final del pasillo.
Era un hombre de aspecto serio. Llevaba traje.
- Debe ser de la CIA -, pensó. -A Bush no le debe haber llegado la noticia de que desistí de la protesta.
Con un sentimiento de omnipotencia se acercó al hombre y le preguntó de manera natural si hablaba español.
El hombre, desconcertado ante el acercamiento de nuestro protestón profesional, sólo atinó a decir que sí.
Ante la respuesta afirmativa, Pedro Iturralde (para los que no saben quién es, es el que está organizando la protesta por areneros libres de pediculosis) le comentó al otro hombre que no se preocupara que su función ya había concluido, que había dejado de hacer huelga de hambre, que le dijera a su jefe que él no era más una preocupación para el gobierno de los Estados Unidos.
El otro, sin entender mucho, asintió con la cabeza y salió aterrorizado del lugar con lágrimas en los ojos.
Pedro compró unas láminas de cartón, varios fibrones de colores (negro, rojo y marrón) y un par de varillas de medio metro de largo.
Dejó "La grulla" sin imaginarse que el hombre al que había hecho llorar no venía por lo de Irak...


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Tobogán

Un par de días después de concluida la huelga, y ya recuperadas sus energías (el apetito en realidad no lo había perdido nunca), se sintió con bríos renovados como para comenzar a idear una nueva forma de protesta.
El tema de la invasión a Irak ya lo había aburrido, así que junto a una nueva forma de protesta, tenía que encontrar una nueva razón por la cual manifestarse.
Se preparó un sándwich de milanesa con jamón y queso, lo envolvió con un par de servilletas, lo guardó en el bolsillo derecho de su campera de algodón y salió en búsqueda de una injusticia que lo motivara.
Caminó un par de cuadras hasta la plaza del barrio y se sentó en un banco a disfrutar el aperitivo que se había preparado un rato antes.
No pasó más de media hora y ya había encontrado un nuevo motivo de queja.
La idea se la dieron dos madres que se quejaban mientras miraban a sus hijos jugar al pie del tobogán.
- ¡Por areneros libres de piojos!- pensó. Y satisfecho consigo mismo, terminó el sándwich en dos mordiscones, tiró las servilletas en el tacho de basura y se fue silbando bajito...


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miércoles, febrero 02, 2005

Entre caníbales

Después de más de una semana haciendo huelga de hambre, se dio cuenta que Bush no iba a retirar las tropas de Irak porque él, en un rincón de Sudamérica, se manifestara en contra.
Kilos adelgazados después no se daba cuenta aún que George no era que no le hacía caso, simplemente no sabía de su existencia... (aunque es cierto también que el resultado hubiese sido lo mismo si se hubiera enterado de su protesta pacífica).
La cuestión es que abandonó la huelga de hambre comiendo una pizza de muzzarella cocinada por un amigo preocupado por su salud (mental).
Así, casi a las 5 de la madrugada del domingo, se dio por vencido, insultó a Estados Unidos y se comió una porción en honor al país invadido.
Una vez satisfecho su hambre, pero no su espíritu de protesta y reclamo, se tiró en el sillón a escuchar unos vinilos en búsqueda de una solución a su conflicto personal entre comer un poco más de pizza o salir a manifestarse frente a la embajada estadounidense.
El hambre pudo más y se comió otra porción, con más sentimiento de culpa aún.
-Maldita Iglesia - masculló mientras miraba con ganas una factura con dulce de leche que había quedado de la tarde(un par de amigos habían ido a su casa a hacerle el aguante y había llevado facturas para acompañar el mate)...
Su amigo se limitaba a mirarlo con cierta lástima y algo de ganas (tenía hábitos caníbales).

Fuckin' in Heaven

El sábado 29 de enero, Mr. Norman Cook ( conocido como Fatboy Slim ) hizo bailar a 40mil personas en una playa del sur de Mar del Plata.
El británico arengó a la gente durante un poco más de dos horas, haciendo del atardecer un espectáculo musicalizado.
El buen clima llegó y se fue con él.
Y yo la pasé genial.

Inocencia Ininterrumpida

En el colectivo veo a dos nenas sentadas juntas, apretadas, en un asiento a mi derecha.
Asumo que son hermanas.
Un tiene cabello lacio. La otra endemoniadamente enrulado. Pero sus rostros son iguales, a pesar que la primera tiene unas pecas tímidas salpicando su nariz y mejillas.
Están tomadas de las manos. Podrían ser mellizas.
Secretean.
Se ríen de todos y de todo.
Son inocentes.
Son amigas.
La que parece ser su abuela les dice por lo bajo que se comporten, que hay gente durmiendo.
Ellas se miran, risueñas. Y vuelven a los secretos eternos.