En el colectivo veo a dos nenas sentadas juntas, apretadas, en un asiento a mi derecha.
Asumo que son hermanas.
Un tiene cabello lacio. La otra endemoniadamente enrulado. Pero sus rostros son iguales, a pesar que la primera tiene unas pecas tímidas salpicando su nariz y mejillas.
Están tomadas de las manos. Podrían ser mellizas.
Secretean.
Se ríen de todos y de todo.
Son inocentes.
Son amigas.
La que parece ser su abuela les dice por lo bajo que se comporten, que hay gente durmiendo.
Ellas se miran, risueñas. Y vuelven a los secretos eternos.
miércoles, febrero 02, 2005
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