Más pruebas contundentes de que el mundo es un pañuelo (y de los chicos):
- Salir del dentista, muy lejos de tu casa, y encontrarte con tu hermana, que vuelve de dar un paseo.
- Estar en Retiro, el miércoles víspera de semana santa y decir (un poco angustiada por la cantidad de gente que hay): “Difícil encontrar a alguien acá adentro”, y darse vuelta y encontrarse con un ex compañero de laburo.
- Estar en Mar del Plata, el jueves de semana santa, subir a un bondi para ir a Av. Alem y encontrarse ahí con el mismo ex compañero de trabajo!
- Comprobar la aplicación de la teoría de los seis grados de separación en la mesa de solteros de un casamiento donde sólo se conoce a la novia.
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