La mágica. Una mujer mágica es aquella que pone un toque distinto a cada cosa que hace. Tiene un don para la cocina, se las ingenia para hacer de una madera que encontró en la calle una repisa cool y tiene continuamente ideas ingeniosas. Todo el mundo se siente atraído por su magia. Alrededor de ella las cosas parecen más brillantes, luminosas. Son una suerte de Mary Poppins mezcladas entre gente común y opaca.
La misteriosa. Es distante, pero una vez rota la barrera que puede imponer, la misteriosa se gana el cariño de todos aquellos que saben apreciar el misterio y las cosas no tan fáciles. Entre al lugar que entre siempre logrará ser el centro de atención. Con movimientos que hasta Jessica Rabbit envidiaría, y sin ser necesariamente la más linda, termina siendo la más deseada.
La bella. Este tipo de mujer, no tiene una belleza corporal que deje sin aire. Pero sí es linda. Y suele tener una brillante y amplia sonrisa. Su belleza pasa por su extrema bondad. Son el tipo de mujeres a las que se les llenan los ojos de lágrimas cuando se indignan, tienen sincera empatía y siempre tratan de pensar lo mejor del otro. Eternas optimistas, tienen fe en el mundo y es imposible no quererlas. Suelen contar con el cariño de todos los que las rodean, quienes terminan viéndolas como las más lindas, anonadados con la buena energía que irradian.
La adorable. Con algunas similitudes con el tipo anterior, la adorable por su parte, irradia carisma. Nadie puede dejar de notarla porque es, esencialmente, querible. Y copadísima. Siempre estará de buen humor, reparte abrazos y cariño sin pedir nada a cambio. Va por la vida desparramando encanto por doquier. Sus amigos no pueden dejar de manifestarle cariño y pensar cosas lindas al pensar en ella. Entrañable.
La copada. Ella tiene la proporción perfecta entre barrio y femineidad. Sabe de autos, le gusta el cine y tiene un excelente sentido del humor. Las mujeres la quieren porque es una excelente compañera y es tan genial que no la sienten como competencia (aunque sí lo es). Los hombres saben que es tan buena onda, que lo mejor es acercarse como amigos, pero terminan todos perdidamente enamorados, hablando sobre autos, tomando cervezas, viendo una peli un jueves a la noche y oliendo a escondidas su espléndido y sedoso cabello que no entiende de humedad.
Por supuesto que han quedado mujeres afuera. Y esa era la intención. Éstas son las que, en este momento de mi vida, me parecen maravillosas.
Quizá haya algunas afortunadas que reúnen todas las características de dos o tres. O hay otras que son un mix y tienen una pizca de cada una.
Desafortunadamente, hay otras, como yo, que no somos ninguna de ellas. No tenemos magia, no somos adorables, el encanto lo gastamos en nuestra anterior vida, el misterio lo dejamos para las películas de suspenso, somos copadas (y a medias) como un amigo y la belleza es una palabra que nunca se usará cuando se nos describa.
Suerte para mí, la vida y el universo han sido generosos y tengo entre mis amigas un ejemplo de cada una estas maravillosas mujeres.