Más pruebas contundentes de que el mundo es un pañuelo (y de los chicos):
- En Atenas conocer a una griega copadísima, que es amiga de un amigo y charlando, nos enteramos que estando en París conoció a una amiga, a la cual yo había visto hacia menos de 10 días en París (cuando ella vive en Madrid).
- En la Basílica de San Pedro encontrarse, sin haberlo planeado por supuesto, a un compañero de cuarto de hostel.
- Estar con amigos en una heladería desolada, en pleno invierno, cerca de la medianoche, que se abra la puerta y ver a entrar a un compañero de laburo.
- Seguir en la misma heladería, ya no tan desolada porque estás vos con tus amigos y tu compañero de laburo con la novia, y que entre un conocido que se tomo un break de una sesión de películas para correr hasta la heladería.
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