lunes, enero 03, 2005

La insoportable necedad del ser

El tema del aborto es uno de esos temas que llevan a la discusión irracional, donde muchos hacen de cuenta que son perfectos, y opinan.
Según encuestas realizadas, más del 60% de la población está de acuerdo con la despenalización.
Sin embargo, los medios están atiborrados de personas que se manifiestan en su contra, dando todo tipo de argumentos.
La Iglesia, una de las grandes instituciones que ha dejado muy en claro su posición contraria al respecto, no duda en rechazar los pedidos de bautismos de personas no nacidas aún. En qué quedamos, si es persona por qué no bautizarla cuando aún sigue en el seno materno?
Políticos, ong's y un sector de la población se manifiestan de la misma manera que la Iglesia Católica. Pero nadie explica porque la pena al delito de aborto es menor que la de un homicidio culposo... Si están tan convencidos que hablamos de un ser humano, un ser humano indefenso, no tendría la pena al aborto que ser igual a la del homicidio agravado?
Mientras todos discuten de manera muy hipócrita sobre si hay que despenalizar o no la interrupción voluntaria del embarazo, miles de mujeres mueren al año por abortos mal practicados.
Sólo en Argentina, se practican más de 500 mil abortos anuales, con una alta mortalidad.
Mujeres violadas, que no son ni idiotas ni dementes, tienen que soportar que por la vaguedad del Código Penal, jueces decidan que no pueden interrumpir el embarazo producto de esos terribles ultrajes.
Claro que en algunas circunstancias la situación se reduce a una cuestión de educación.
Es factible que la mayoría de los abortos que se realizan son de mujeres que quedaron embarazadas por no estar informadas y concientizadas sobre cómo practicar sexo seguro, cómo prevenir embarazos.
Y eso nos lleva a la discusión sobre si se debe dar o no educación sexual en los colegios.
Es obvio, que los padres en muchos casos fallan en informar a sus hijos al respecto.
Y en otros casos, ni los propios padres tienen la suficiente información como para poder trasmitirla a sus hijos.
En este caso, la falta de educación tiene como gran desfavorecida a la mujer, que debe lidiar con el hecho de ser madre cuando no lo quiere, o someterse a un aborto con grandes riesgos de morir en el procedimiento o por las secuelas del mismo.
Posiblemente nuestro país no esté aún preparado para un cambio tan drástico. Pero sería bueno empezar con la despenalización, al menos, de los casos donde la mujer ha sido violada.
Porque en este caso, la mujer es víctima dos veces. La primera a manos del violador, la segunda a manos del estado, que la obliga a continuar con el embarazo.
Y esta despenalización debería ir acompañada con una intensiva educación sexual.
Porque no dudo que pasar por un aborto debe ser una experiencia altamente traumática. Lo ideal sería no tener que llegar a ella.
Y eso se logra con la educación, con la información masiva al respecto.

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