sábado, junio 30, 2007

La Inmortalidad

La búsqueda de la vida eterna ha sido constante desde tiempos inmemoriales. El humano tiene problemas en aceptar su propia fecha de vencimiento. Siempre existe, salvo en el caso de los suicidas y algún que otro caso excepcionalísimo, la fantasía de ser muy longevo y quizá también, el deseo de no morir nunca.
En la actualidad, hay una generalizada preocupación por la eterna juventud. Una suerte de aggiornada historia de Dorian Gray. Esta preocupación es una manifestación de esa ilusión de la vida eterna.
Matusalén supuestamente vivió 969 años. Seguramente la gente de su “barrio” fue falleciendo (teniendo en cuenta la paupérrima esperanza de vida de esa época, que no debería superar los 35 años). También fueron falleciendo sus hijos, sus nietos, sus bisnietos… Quizá lo conocían como “el inmortal” o “el que no se muere nunca” o “forever and ever”… Es posible que para él, la inmortalidad no fuese algo tan lejano. Tal vez, al cumplir los doscientos años se dijo “Ya está, estoy acá para siempre”.
La verdad es que, uno no sabe si es mortal o inmortal hasta que efectivamente se muere. Es en ese preciso instante, en el cual expiramos, que se comprueba fatalmente que los dioses del Olimpo no nos han beneficiado con ese don, y que somos simples mortales.
Visto de esta manera, todos somos potencialmente inmortales.

miércoles, junio 27, 2007

Güigüilrac-iu!

Sin comentarios.

Bueno sí, uno: ¿qué significa ese inglés?

martes, junio 26, 2007

Por un mundo libre

La histeria masculina es lo peor, mujeres no histéricas sabrán a lo que me refiero.
Las otras, ni hagan el esfuerzo.
De todas maneras, acá hago posteo solemne de un link que, con esperanza, llegará a las mentes de muchos pobladores, de este, nuestro planeta tierra y ayudará a erradicar esa cosa fea que se ha dado a llamar, Histeria, entre otros males e ideas terroríficos que abundan en la masa encefálica masculina (prácticamente inundada de ideas caducas: muchachos formateo urgente)


Casi un servicio a la comunidad.

viernes, junio 22, 2007

Nuevo Proyecto

Como ya es ley, posiblemente este nuevo proyecto, termine en la nada. Esperemos que no.
Están invitados.

lunes, junio 11, 2007

Carta abierta a los distintos diarios de la República Argentina, y por qué no de otros lugares.

Es de público conocimiento que en la sección de clasificados de distintas ediciones, el número asignado a los "servicios personales" (eufemismo de "servicios sexuales pagos") es el 59.
Quizá la asignación del número se debió a que los rubros iban aumentando y para cuando se estaba en el 58 surgió la posibilidad de incluir este tipo de servicios como un rubro más.
O tal vez, la persona que decidió la creación de este rubro tenía un especial gusto por la floricultura o la noche anterior había soñado con las plantas y entonces se despertó, le jugó al 59 en la quiniela y de paso, le asignó este número al rubro.
La verdad, el por qué del 59 es irrelevante.
Mi propuesta es que, teniendo un número más cercano y mucho más representativo, lo ideal sería reemplazar el 59 por el 69.
69 es un número de claras connotaciones sexuales. El significado del 69 es "los vicios". El sexo puede ser un vicio o no, pero de todas maneras se acerca más a la teleología del rubro.
Además, en el 59, sólo uno se está divirtiendo. Es provechoso sólo para uno de los interesados. En cambio, el 69 es una "win-win situation". Nadie pierde en el 69.
Si aplicamos la teoría del 69 al rubro de los servicios sexuales, es claramente representativo de lo que allí sucede: una de las partes satisface sus necesidades básicas sexuales y la otra parte satisface sus necesidades financieras (y quizá también las sexuales, qué tanto, depende del caso). En definitiva, ¿no sería más coherente un rubro 69?
Esta es mi humilde propuesta, la dejo flotando en el aire con la esperanza de que alguien la tome y haga justicia numérica.


Atentamente,


Pillow of Winds.

martes, junio 05, 2007

La Conspiración de los Filósofos. Parte II.

Juliano aún vivía con su madre. Una anciana mujer de casi noventa a os que seguía recriminándole el sufrimiento que había pasado al parirlo. Los fórceps con el paso de las décadas, se fueron volviendo más y más grandes, y por lo tanto, el dolor iba en aumento, a pesar de que existe la impresión de que el paso del tiempo evapora o relativiza cierto recuerdos.
Claramente, éste no era el caso. No. Irene, la madre de Juliano, era un ser caprichoso, egoísta y rencoroso, que más allá de haber pasado a os enteros diciendo que quería vivir sola de una vez por todas, no toleraba la idea de quedarse viviendo en esa casa tan grande de la calle Bacacay. No era cariño hacía su hijo: era pavor a la soledad y a enfrentarse a la triste realidad de que estaba sola y no habría nadie para ayudarla y que tendría que vivir con su mísera jubilación.
Juliano, adoraba a su madre y no se imaginaba dejándola. Siempre interpretó las anécdotas tétricas de su nacimiento como una gracia, no como un reproche. Para sus oídos todo ese relato tenía una nota de comicidad, nunca de odio oculto.
Para él, la vida junto a su viuda madre era lo más natural. Se reconocía solterón y no se veia residiendo en otro lugar.
Arístides, en cambio, era un hombre de familia. Ya había festejado las bodas de plata hacia más de dos lustros.
Sus tres hijos ya habían formado sus propias familias y tenía tres nietos. Sus hijos lo trataban cariñosamente de "señor" aunque el nunca se lo impuso.
Sus nietos le decía "Abu Ari", y adoraban las tardes en su casa, las vueltas en calesita y los caramelos sugus que sus abuelos guardaban en un frasco en una repisa en la cocina.
Los padres de Arístides habían fallecido hacía ya un buen tiempo, por lo que la relación de Juliano con su madre le parecía de ficción, aunque nunca se lo dijo.
Asimismo, Arístides, tenía un amante. Según él, todo filósofo debía tener un amante. Era imperativo experimentar el amor en todas sus expresiones.
Por eso, en su vida, a parte de Carmen, su mujer, sus hijos y sus nietos, estaba Pablo.
La conspiración de los filósofos - Parte I

Proporciones desastrosas.

Quizá sea mejor. Entonces quedará clarísimo que el Sr. Macri no sirve para nada. Que ser exitoso como empresario no significa capacidad de conducción y de resolución de los problemas de la ciudadanía.
Entonces, quedará demostrado que es un garca que no le interesa mejor nada. Y así no tendremos que saber nada más de él.
Y la ciudad lo pagará caro. Muy caro. Un par de contratos poco beneficiosos para C.A.B.A. pero muy convenientes para el clan Macri.
Y bueno, los errores se pagan.
Ya veremos.