Noches como las de hoy me dan ganas de tomar una cerveza en una bar con mesas en la calle, de salir hasta tarde y volver a la madrugada a casa, o salir antes de que amanezca de viaje hacia cualquier lado y que el amanecer me encuentre en la ruta, de dormir con la ventana abierta, de manejar, de leer un libro en el balcón, de escuchar música hasta tarde, de vivir. Noches como las de hoy, definitivamente no me dan ganas de irme a acostar sabiendo que en unas horas sonará el despertador y tendré que ir a trabajar.
¿Cómo una noche tan hermosa puede ser la antesala de un día tan gris?