Bush llegó a la Argentina, para demostrar que cualquier país puede ser como Estados Unidos, incluso el nuestro.
No sólo importamos productos manufacturados en base a nuestras materias primas, toda la tecnología japonesa, sino que ahora parece que importar restricciones constitucionales está bien.
Si los estadounidenses soportan todo tipo de vejaciones, allá ellos. Pero los argentinos, en las últimas décadas toleramos o aprobamos tácitamente continuas contradicciones a nuestra constitución y a muchos tratados internacionales de derechos humanos, ratificados por el estado nacional.
Ahora esto.
¿Cuándo la población reaccionará y dejará de permitir ser pisoteada?
¿Ni siquiera con algo tan ostentoso como las vallas azules y las credenciales para poder moverse dentro de una ciudad es suficiente?
Mis pensamientos y sentimientos más negativos hacia todos aquellos que se dignan a apoyar o elogiar a un país como estados unidos.
viernes, noviembre 04, 2005
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