sábado, junio 25, 2005

8 vivos*

El 2 de julio, Pink Floyd tocará en un evento benéfico, "Live 8", en Londres.
Si ya de por sí, la idea de ver a Floyd tocando en vivo es genial, en este caso particular se suma la presencia de Roger Waters, que se reúne con la banda después de 24 años, para recaudar fondos para luchar contra la pobreza en África y, lograr un compromiso por parte de los integrantes del G8 (Grupo de los 8) para combatir y erradicar la pobreza de los países llamados del "tercer mundo".
La cuestión es que, en menos de dos semanas, la más clásica formación de Floyd (Mason, Wright, Gilmour y Waters) - ni dije la "clásica" a secas para no excluir a Syd - compartirá escenario, en pos de una justa causa.
Esto no sucede desde antes de que yo naciera.
Es en estos momentos, donde tomo conciencia de mi posición geográfica en el mundo. Ufa.


Han combinado una muy buena causa con la cual colaborar con un evento que no dan ganas de perderse. Excelente.






* los del G8

jueves, junio 23, 2005

Medidas Extremas

Después de descubierta la verdad de la Luna Nueva (la milanesa quedó descartada), hubo quejas y manifestaciones por todo el mundo.
El hurto lunar (¡y los de la NASA pensaban que eran vivos por traerse rocas!) había conmocionado a la población mundial.
Había que hacer algo. Algo para asegurar a la gente que algo así no volvería a suceder.
Se llegó a un acuerdo. La medida afectaría a algunos pacientes psiquiátricos, pero qué es la salud de unos pocos en pos de la tranquilidad mental y astronómica de millones?
Ahora cada tarde, cuando anochece, retumba en el cielo, en cada rincón de la tierra y se estremecen todos los seres vivos al escucharse: "X-28 Activada". La Luna ha mostrado su cara.







Nota: quejas sobre la carencia de lógica de esto, abstenerse. La Luna fue robada en este hemisferio, así que la alarma suena sólo cuando se la ve acá. Además, ¿desde cuándo las decisiones gubernamentales son lógicas?

domingo, junio 19, 2005

DSOTM

Me di cuenta de que faltaba cuando miré de reojo por la ventana.
Si no hubiese estado tan concentrada leyendo, no hubiese necesitado descansar un rato la vista. No lo hubiera notado si no levantaba la mirada.
Debo reconocer que me asusté. A esa hora solía estar ahí.
Me fijé en el diario ¿podría estar tan equivocada? No, no. Tendría que estar ahí. Ya son las 2 a.m. y no es natural que llegue tarde.
¿Se la robaron? Imposible. Pero no está.
El clima es cálido a pesar de ser invierno. No hay viento, y el cielo está estrellado, despejado. Pero, ¿dónde está?
Me pongo de pie y me acerco a la ventana para ver si logro ver algo. Nada.
De repente, ruido. Estruendo. Sirenas policiales. Se escuchan corridas, ¡todo viene de la esquina de mi casa!
Voy hasta la puerta. La curiosidad me supera. Asomo la cabeza y veo en la esquina un hombre que se encuentra rodeado.
Hay autos y camionetas policiales. Dos helicópteros sobrevuelan el lugar.
Entonces me doy cuenta de que el hombre la tiene entre sus brazos. Él la había robado.
Mi estupor es tan grande que salgo de mi casa, en estricto pijama, y camino hacia el lugar de los hechos.
Le pregunto a un vecino, curioso como yo, que qué está pasando, y me dice: - Lo de la luna nueva fue siempre un verso. Era éste que se la robaba mensualmente para verla de cerca en su casa.

jueves, junio 16, 2005

Le café est bon

Estoy entre las góndolas de las galletitas dulces y de las conservas. Entonces la veo. Veo qué es lo que carga a su changuito.
- Es un persona mayor, quizás me diga que sí - pienso.
Trato de ver qué ha cargado. Y noto que en la mano tiene una lista de compras. Tiene casi todo tachado.
Me decido a seguirla.
Mantengo distancia. Unos dos changos, aproximadamente. No quiero que se de cuenta.
La sigo hasta la cola. Es la cája rápida. Hasta quince unidades.
Yo tengo varias cosas en mi canasto. Decido alivianar peso, y dejo el pollo y las papas. Chau cena.
Me sitúo atrás de ella.
Por suerte paga en efectivo. Yo también.
Mientras la cajera me cobra sigo con la mirada a la anciana. No puedo perderla.
La cajera me pregunta si quiero donar los centavos...Sí, sí, no hay problema.
Con una bolsa bastante cargada, salgo.
La mujer está a mitad de cuadra. Va bastante lento.
- Qué no viva muy lejos! - ruego.
Por suerte, después de una cuadra y media, la mujer se detiene y busca en su cartera, lo que yo supongo son, las llaves.
Me apuro. Me acerco y le digo amablemente: - Señora...
La mujer, al estar concentrada en la búsqueda de sus llaves, se sobresalta. Se da vuelta y se tranquiliza al verme. Parece que no tengo pinta de persona peligrosa.
- Señora, disculpe. Vi que en el supermercado usted compró café - le digo. Evidentemente, la mujer no me sigue. Es entedible. Sigo: - A Ud. le parecerá raro....
Ella mira para los dos lados. Rehace con la mirada el trayecto que hizo desde el súper hasta su casa.
- Pero escuchame nena, vos me seguiste?- me pregunta, razonablemente.
- Este... sí... Pero Ud. compró café! - Le contesto como si fuera eso explicación suficiente.
- Sí...compré café - La vieja está perdida. Cada vez entiende menos. Me doy cuenta.
- Bueno, yo tengo que pedirle un favor...No es mucha cosa. Supongo que no es la primera vez que compra café instantáneo...- La mujer, en el triángulo de las Bermudas, frunce el ceño.
- No...- contesta dubitativa, con miedo. No sabe a dónde va la conversación ni entiende qué hace hablando aún conmigo.
- Bueno, entonces debe tener presente la lámina de papel que poseen estos frascos, sobre la boca, que los sellan - Ahora, la señora, se acaba de subir a una nave, para reunirse con la familia Robinson de "Lost In Space".
- Sí...
- Bueno, yo necesito romperla.
- ¿Eh? ¡¿Qué?! ¡¿Romper qué?!
- La lámina de papel.
- Pero querida, vos me estás tomando el pelo...! - (Ahora se enoja...¡Justo ahora!)
- No señora. Necesito golpear con la uña de mi dedo índice derecho esa lámina, hacer cuatro o cinco agujeros, sacar el papel...Y listo. El café es suyo.
- Pero por qué no comprás tu propio café para hacer eso?!
- Ya tengo veinte frascos acumulados en casa...¿me deja?

lunes, junio 13, 2005

Atrapada sin salida

Estoy rodeada. Dos hombres. Uno a cada lado. Los dos con camperas negras de cuero, que me hacen acordar a Barrionuevo.
Pienso en huir, pero me da la impresión que no es posible.
Me corro un poco hacia la izquierda y miro hacia adelante. Nada. Giro la cabeza hacia atrás. Parece haber una posibilidad.
Pienso que mi suerte es nefasta.
Y los dos hombres que no se mueven. Están congelados en sus lugares.
Sé que si quiero zafar de esta, me voy a tener que ir.
Pasa alguien a mi lado, pero no se da cuenta de mi situación. No alcancé a ver si era hombre o mujer. Estaba demasiado concentrada en tratar de encontrar una salida. Angustia total.
Ahora pasa una mujer. Pero tampoco...Ni mira para los costados, y yo no hago otra cosa que mirar hacia todos lados, en busca de un hueco.
Siento el olor del cuero. Muy molesto. Estoy rodeada.
Mi salud mental está al límite.
Los hombres se van turnando.
Primero uno, luego el otro. Y así...
El momento de quiebre es cuando los dos coinciden.
Nos ponemos en movimiento.
Miro de nuevo hacia atrás y veo una posibilidad.
Sin pensarlo, me levanto.
No puedo pasarme todo un viaje escuchando como uno se come las uñas y como el otro estornuda sin apenas taparse la boca.
Llamenme neurótica, pero un viaje en colectivo, en esas condiciones puede ser un desastre.





Nota: se encontraron en el fondo del colectivo, dos asientos desocupados, por lo que el viaje resultó muy placentero.

jueves, junio 09, 2005

Piña Colada

Lucy, como veía que no iba a pasar nada, empezó a aburrirse, y se distrajo mirando su reflejo en la vidriera.
María por su parte, se sentía mal por su amigo, Fernando. No sabía que albergaba semejante amor hacia el insípido de Jorge. Amor que obviamente no era correspondido por éste.
Se quedaron en silencio todos.
La gente de las otras mesas cercanas, al ver que no iba a pasar nada, volvieron a sus conversaciones triviales.
Y Fernando seguía esperando una respuesta de Jorge. Una reacción. Aunque sea una piña. Lo del beso no lo había planeado.
Desde el fondo del local, se escuchó que anunciaban la actuación de Tony Kamo.

Recién, pasaba esto.

miércoles, junio 08, 2005

Sabor Frutilla

Jorge se puso violento. Apreciaba (dentro de lo que el considera manifestación afectuosa) a Fernando, y esto tenía sabor a traición. Y a Colgate.
Pero no podía moverse, todavía estaba atónito por lo que había pasado. ¡Se había besado con un hombre!
Corrección: lo había besado un hombre.
¿Qué pensarían sus compañeros conservadores del partido?
Como no hacía nada, Fernando se despachó con una declaración de amor, digna de un dramón de los años 40.
Todos los que estaban cerca de ellos, seguían la escena con atención. Estaban esperando la represalia. Tenía que haber represalia.
Daniel, se había levantado de su banqueta y se había acercado al lugar de los acontecimientos, para ver qué era lo que había hecho que se silenciara mitad del bar. Y de paso, relojear de cerca a Lucy.



Hace unos minutos, esto sucedía

miércoles, junio 01, 2005

Los Mosqueteros

Fernando se bajó del taxi y fue rápidamente hacia la puerta del bar.
Alcanzó divisar, mientras entraba, a María y a su amiga, Lucy, sentadas en una mesa cerca de la ventana.
Una vez adentro, ubicó inmediatamente a Jorge, que estaba caminando hacia la mesa de las dos mujeres.
Jorge miraba fijamente a María, que todavía no se había dado cuenta de su presencia.
Daniel, sentado en la barra, todavía, miraba de reojo a Lucy.
Fernando, se dirigió en dirección a Jorge. Tenía que alcanzarlo antes de que hablara con María. Más tarde, sería un desastre.
Logró alcanzarlo a medio metro de la mesa junto a la ventana. María ya había divisado a Jorge y escondía su cara, pensando que él quizás no la había visto aún. Estaba equivocada.
Fernando tomó del brazo a Jorge, y antes de que pudiera reaccionar sobre lo que estaba pasando, Fernando le dio un beso.
Jorge siguió sin reaccionar. Quién era...? Pero qué estaba...?
Sentía los labios calurosos, apasionados de alguien sobre los suyos...Unos instantes más tarde, alcanzó a divisar que la persona que lo estaba besando era Fernando.
Lo empujó. Miró primero, instintivamente, a María (quien no entendía qué estaba pasando).
Lucy se mostraba maravillada por la situación. Ella quería un enamorado, aunque sea para rechazarlo (creo que sufre del síndrome "quierounnovio")



¿Qué estuvo pasando? Esto, esto y esto.