Es domingo. La plaza está desierta. Es la hora de la siesta y hace mucho frío.
El otoño se acerca.
Un hombre, de aspecto cansado, atravieza la plaza hacia el bodegón de la esquina.
No hace caso a los dos hombres que se bajan de una camioneta ford destartalada, y que llevan entre los dos una bolsa.
Se acercan al arenero, abren la misma y arrojan el contenido allí. Más arena.
Uno de ellos hace un medio bollo con el vacio envoltorio y lo arroja al basurero de plástico verde que se encuentra cerca del tobogán.
Van hacia la camioneta, arrancan y se retiran a toda velocidad.
Se alcanza a ver estampada en la bolsa ,que sobre sale del tacho, la palabra "PI".
Esto que acabás de leer, aunque te resulte extraño, es el final de esta historia.
El otoño se acerca.
Un hombre, de aspecto cansado, atravieza la plaza hacia el bodegón de la esquina.
No hace caso a los dos hombres que se bajan de una camioneta ford destartalada, y que llevan entre los dos una bolsa.
Se acercan al arenero, abren la misma y arrojan el contenido allí. Más arena.
Uno de ellos hace un medio bollo con el vacio envoltorio y lo arroja al basurero de plástico verde que se encuentra cerca del tobogán.
Van hacia la camioneta, arrancan y se retiran a toda velocidad.
Se alcanza a ver estampada en la bolsa ,que sobre sale del tacho, la palabra "PI".
Esto que acabás de leer, aunque te resulte extraño, es el final de esta historia.
