miércoles, marzo 02, 2005

El hombre de la bolsa

El hombre de la solución llegó a Argentina (sin valijas de ninguna embajada).
Lo estaban esperando un par de hombres de traje con un cartel con su nombre.
Le indicaron el camino hacia un Fiat 600 rojo (había que guardar las apariencias, aunque hay que reconocer que los tipos trajeados en el fitito, con un tipo atrás con rastas, no pasaban desapercibidos).
Lo llevaron hasta un bar, donde lo estaban esperando los representantes de las dos empresas...
Una, dedicada al transporte de arena internacional (tiene contratos para proveer a la mayoría de las plazas del mundo) y la otra, recién inmersa en estos acontecimientos dedicada a la fabricación de tratamientos contra la pediculosis.
Le explicaron al rastafari la situación, con margaritas de por medio.

Es de noche. Pedro está sentado en el banco de la plaza.
Está deprimido y come un sandwich para consolarse.
Ya está harto del tema areneros...Desperdició materiales en 4 pancartas que nunca se usaron...La protesta, por distraído, la organizó un domingo...Piensa que ya es suficiente...
Llama su atención un hombre (es la única persona en la plaza a parte de él). Se da cuenta de que está caminando en su dirección. Tiene rastas, pinta de tipo espiritual y lleva una bolsa en la mano (sí, de espiritual, debe ser la túnica blanca que tiene puesta...)
El hombre se coloca muy cerca de Pedro y le dice algo que le resulta inentendible...



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