La confusión lo supera. Él creía que tenía todo bajo control, pero se acaba de dar cuenta de que no.
Fernando está esperando que reaccione. Está esperando hace meses. Pero nada.
Llamadas telefónicas, mails más que amistosos...Nada.
Fernando espera. Y mientras lo hace, toma mate cocido. Pero ya se pasaron los cinco minutos reglamentarios.
¿Acaso no se aplican los cinco minutos de La Virginia al mate cocido, aunque sea por analogía?
Parece que no. Tiene ganas de entrar en acción. Todo es tan sencillo en la pista...
Ahora está acostado en su cama. Mira el reloj sobre la mesa de luz. Son las 12.08 am.
Es tarde - piensa. Inmediatamente se reta por tener espíritu de anciano.
Se levanta, se pone lo que tiene más a mano en el placard - que es lo que tuvo puesto hasta hace un rato - y sale de su casa, determinado a ganar.
Frente a la puerta, está su vehículo. Se sube y arranca a toda velocidad...
A toda la velocidad posible para su auto...Es decir, unos 40 km/h.
Fernando es amigo de Jorge y María
jueves, abril 21, 2005
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