Y ya que se mencionó el tema ascensor, quiero hacer una reseña al respecto.
No entiendo por qué la gente, al subirse a un ascensor siente que hay una obligación de mantener una conversación (que es inevitable, el 99% de las veces gira sobre el clima).
Sinceramente, creo que la meteorología es un tema no muy interesante. Tampoco pretendo debatir entre los pisos cinco y siete, la situación económica mundial...Pero vamos! Siempre lo mismo...! ("No, no de nuevo ella decía!")
Ni por qué cuando suben varias personas y dos de ellas venían manteniendo una conversación trivial, sienten la necesidad de cortarla cuando suben al ascensor (cosa que no sucede cuando están en lugares mucho más públicos, como la cola de un banco o en el colectivo...)
Si a Rial le interesara con quién se acostó Juan el sábado, y cómo se enteró Romina de los cuernos, y qué le dijo cuándo lo confrontó y que botas espectaculares vio Luciana ayer, pero que están al módico precio de un ojo de la cara, tendría que ir al Banco y hacer fila por un rato.
Tampoco comprendo, porque instintivamente, las personas si se quedan en silencio miran fijamente la botonera.
Sí, sí, ya sabemos que no somos modelitos de Para Tí, ni siquiera del catálogo de Wal - Mart, pero tanto cuesta mirarnos a la cara aunque sea un ratito...? De última, la pared derecha del ascensor no está tan mal, como para distrer un poco la vista.
En fin, estas son algunas de las cuestiones - en realidad son las que se me vienen a la mente ahora - que siempre me llaman la atención, de lo que yo considero es un fenómeno digno de análisis, que es el ser humano en el ascensor.
Pd: ¿Se nota que vivo en edificio?
jueves, abril 14, 2005
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